Quiénes somos

Desde 2015, la Fundación “Voces de los Niños” brinda asistencia psicológica y psicosocial a los niños afectados por guerra.

Hoy, durante la invasión rusa a gran escala de Ucrania, no paramos de ayudar a los niños y las familias afectadas de todo el país, brindamos asistencia psicológica de emergencia y ayudamos en el proceso de evacuación.

Nuestro objetivo es crear condiciones en las que todos los niños sean escuchados y sus derechos sean protegidos.

Nuestros valores

  1. Respetamos la dignidad y los derechos del niño.
  2. Cada niño ucraniano es hijo de la guerra, pero cada uno siente la guerra a su manera. Es importante escuchar a todos los niños y enseñarles a llevar el control de lo que sucede para que no dependan de la ayuda.
  3. Creemos que los mejores resultados para superar el trauma de los niños se pueden lograr con la ayuda de profesionales.
  4. Al incluir a los padres en este proceso, prevenimos conflictos y problemas en las familias.
  5. Estamos por un futuro donde los niños no sean víctimas de la guerra, sino ciudadanos libres y felices.
  6. Trabajamos junto con los niños y para los niños.

La historia de la fundación

La creación de la Fundación “Voces de niños” con sus múltiples iniciativas y un gran equipo no fue planeada, pero sí era completamente lógica si miramos las historias de sus co-fundadores.

Desde el comienzo de la agresión de Rusia contra Ucrania en 2014, Olena Rozvadovska pasaba mucho tiempo en Donbas, brindando ayuda humanitaria a los residentes locales y convenciéndolos de evacuarse y buscando oportunidades para rehabilitar a los niños heridos.

Olena trabajaba directamente con la gente, gastaba sus propios recursos y organizaba recaudaciones para ayudar a los niños. Luego las iniciativas internacionales comenzaron contactar con ella para pedir ayuda en obtener informes desde el lugar de los hechos y consultarse sobre las necesidades para enviar la ayuda caritativa.

Azad Safarov fue un documentalista que viajaba por el este de Ucrania para hacer una película sobre la guerra. Allí conoció a Olena y se unieron en el trabajo de la película “La casa de astillas” sobre niños de un refugio destruido, cuyos destinos cambiaron en un instante.

Azad y Olena querían no solo correr la voz sobre la guerra en Ucrania y en el extranjero, sino también recaudar ayuda para estos niños. Por lo tanto, la creación de un fondo en 2019 se convirtió en una necesidad urgente. Así comenzó la historia de “Voces de niños”.

Hasta aquel momento Olena ya tenía conocidos en casi todos los asentamientos de primera línea y era amiga de muchos activistas de ideas afines, así que ellos se unieron pronto. 

Cuando eres un voluntario, eres solo un voluntario, tienes dos brazos, dos piernas, un auto y un salario con que puedes contar para ayudar a los demás. Y cuando la gente se une, os convertís en un equipo y podéis convertiros en una fuerza importante.

Olena Rozvadovska

“Voces de niños” se convirtió en esta fuerza. Una fuerza impulsada por la idea de que los niños de la guerra necesitan tener una infancia segura,  feliz y sin preocupaciones.

Desde entonces, nuestra organización se ha centrado en brindar apoyo psicológico a los niños que sufrieron las hostilidades de la guerra y fueron traumatizados en el este de Ucrania. Brindamos asistencia psicológica individual y grupal, impartimos clases de terapia artística en los territorios de primera línea, organizamos el trabajo de psicólogos móviles para niños de orfanatos en las regiones de Donetsk y Lugansk. 

Con el comienzo de la invasión rusa a gran escala en Ucrania tuvimos que ampliar nuestro trabajo muy rápidamente para poder trabajar para los niños no solo en el este, sino también en todo el país. El trabajo del equipo “Voces de niños” en los primeros tres meses de esta guerra puede describirse como una respuesta de emergencia, porque estábamos comprometidos en el asesoramiento operativo de crisis de las familias con niños que más lo necesitaban. A menudo eran niños que se escondieron de los bombardeos durante mucho tiempo, sobrevivieron a una evacuación difícil de los puntos críticos o resultaron heridos. La tarea principal de nuestros psicólogos fue sacar a estos niños y sus padres del estado de choque y con la ayuda de reuniones regulares estabilizarlos y darles seguridad psicológica. También brindamos ayuda humanitaria y evacuamos familias del este de Ucrania, donde los combates fueron más feroces.

Con el tiempo, nos quedó claro que el trabajo de la fundación debería ampliarse y volverse más sistemático. Superar las consecuencias de la guerra es un largo camino que seguiremos haciendo durante muchos años. 

Por eso ahora estamos enfocados en crear programas de asistencia continua que cubren diferentes necesidades y formatos. Se trata de: 

  • provisión de apoyo psicosocial y rehabilitación de niños y familias; 
  • satisfacer las necesidades educativas y recreativas adicionales de los niños; 
  • defensa de los derechos del niño; 
  • asistencia con la evacuación y garantía del acceso de los niños a un entorno seguro en las comunidades;
  • organizar nuevas viviendas permanentes o temporales para desplazados internos y satisfacer sus necesidades básicas.

La tarea clave de la fundación es ayudar al niño a mantener el control sobre lo que está sucediendo en su vida y no depender de la ayuda todo el tiempo. Nuestra prioridad es brindar apoyo psicológico integral a largo plazo al niño, comprender completamente sus necesidades y trabajar en la prevención del síndrome postraumático o en la superación de las consecuencias de la guerra.